
Catalina Villegas (Manizales, 1985). Ingeniera Física de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales. Postgraduada en Periodismo Científico. En 2002, obtuvo el primer puesto, categoría juvenil, en el concurso nacional “I Premio de poesía San Juan de la Cruz” organizado por la Universidad de Salamanca. En 2019, obtuvo uno de los cinco primeros puestos del Concurso nacional de poesía “La palabra, espejo sonoro” convocado por La Casa de poesía Silva. Recibió mención de honor en la edición 2020 del Concurso Nacional de poesía de la Casa de poesía Silva. Actualmente trabaja como responsable del área de divulgación científica en el “Centre des sciences de Montréal” tanto en contenido escrito como gráfico, en Montreal, donde reside desde 2009. Algunos de sus poemas han aparecido en revistas impresas y digitales como la Revista Aleph, Vuela palabra y Alter Vox Media y ha sido invitada a diversos eventos y lecturas de poesía, de los cuales caben destacar el Festival Internacional de poesía de Bogotá y la participación en el 1er ciclo de poesía del 2021 de la Casa de poesía Silva. En diciembre de 2020, publicó, junto al poeta Christian Rincón, el libro-objeto “Cánsate Cuerpo”, del cual es la ilustradora. Además de la poesía, dedica su tiempo libre a hacer ilustraciones, origami y a nutrir su podcast en Spotify sobre literatura, nacido en la pandemia: “La Cataleja”.
Una herida
Una rosa es una rosa es una rosa.
Gertrude Stein
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Cuando el poeta dice lluvia
tiemblan los pájaros entre las ramas
Cuando dice herida
el dolor se acuerda de sí mismo
Cuando dice hambre
los huesos se buscan en la oscuridad
Cuando dice blancura
un caribú salta y desaparece
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Escribo puerta
y alguien regresa a su sueño
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Digo ausencia
y el papel es un espejo
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Cuando no te nombro
te estoy nombrando.
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Muchosidad
“Siempre hay un pliegue en el pliegue,
como también hay una caverna en la caverna”.
Gilles Deleuze.
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Me miro y recuento
para seguir creciendo
en otro lado.
El cuerpo es flor que se abre al tacto
Generosidad de superficie
pliegue que reconcilia los extremos
piel que se retrae de vergüenza
para sortear un día de verano.
Laberinto de tejidos que brota y colapsa.
¿Sostengo mi cuerpo o es él quien me sostiene?
¿Lo presiento o me anticipa?
Surgen de su interior circunvoluciones
y texturas esponjosas
pólipos y protuberancias
temblores gelatinosos
y lugares estriados.
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Cada órgano reclamando su discreta soberanía
contraído en su forma,
flotando sin tiempo.
Apéndices innecesarios
embebidos en sustancias
fluidos que se desbordan irrigando fronteras.
Desde cada esquina palpitante
me despliego y multiplico:
querer es abundar en alguna parte.
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Otro silencio
Viene hacia mí un silencio
distinto al de los labios que escogen callar
.
el silencio que deja la polilla
al abandonar la oquedad
del aposento deshabitado.
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No es el silencio de aquellos sonidos
que nacieron muertos
.
es el de ecos amordazados
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bajo mortajas blancas
el de las hojas
que ahora solamente el viento acariciará.
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La tierra ciñe a su vientre
las voces que le pertenecían al aire.
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Spiegel im Spiegel
No ha de ponerse un espejo
frente a otro.
.
No.
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No debemos permitirle
el vértigo
de ser relámpago en suspenso
o frontera de un abismo sin rostro.
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La nada y el infinito
en azarosa simetría.
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No podemos poner
un espejo frente a otro
y dejarlos atrapados
en el eterno conjuro
de un palíndromo de espectros.
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Luego la luz olvida
su sentido
y se corre el riesgo
de duplicar este universo
en su fuga de fotones
o de regresar al Origen
donde nacemos siendo viejos
y estas letras
desaparecen del papel.
.
Veo tus ojos en una foto
Y me pregunto por qué hay
de repente
algo que no sucede en el presente.
No sucede que cierta luz,
desviada desde celdas
donde todo es verde
o gris o azul
entre en mí
y yo sea su obstáculo primero
su muro tapizado de otoño.
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No confío en esa imagen quieta,
la ventana que está muy bien dibujada.
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Tu luz se derrama
como los frutos que nadie recoge
que de tan verdes y húmedos
laceran escandalosamente
el hambre y la sed.
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Colisión contra el cristal
de quien vuela hacia reflejos de cielo
ahogamiento en el estanque
donde creí extraviar mis girasoles.
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La trampa es real
y no es trampa tampoco.
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Laberinto de espejos
donde huye y desfallece
mi reflejo de pavo real.
Interesante POESÍA, con mayúscula…felicitaciones desde la PATAGONIA…
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Muchas gracias, Víctor Flavio.
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excelente poesía. felicitaciones. me gustó mucho
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